Factores de riesgo de la anorexia y la bulímia

Publicado el 18/01/2011 ~ 1 comentario
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Cynthia Furhrmann Verdaguer
Psicóloga clínica especialista en bulimias, anorexias y otras disfunciones psíquicas relacionadas con la alimentación.
Culto al cuerpo e insatisfacción con la propia imagen corporal como factores de riesgo para el desarrollo de un trastorno del comportamiento alimentario
El acto de comer en el ser humano no se reduce a un proceso fisiológico de nutrición como el que precisa todo ser vivo, sino que tiene además una importante dimensión social. Aprendemos a alimentarnos en contacto con otras personas, la comida es un medio de comunicación social y de expresión de afectos. Gran parte de nuestras celebraciones se concretan en comidas compartidas. Son múltiples las situaciones en las que el alimento ingerido entraña un valor añadido que está determinado por las circunstancias personales y sociales en las que se come (Toro, 1996). Por otra parte, la forma de comer y el tipo de alimentos que se ingieren definen a los distintos grupos culturales.
Los Trastornos del comportamiento alimentario (TCA) son alteraciones de un hábito alimentario que terminan siendo una enfermedad. Se inician generalmente en la adolescencia. Implican cambios en el cuerpo, en el pensamiento y en la actitud. También provocan graves complicaciones tanto a nivel físico como psicológico, siendo su pronóstico aproximado de un 30% de recuperación total, un 30% de mejorías y un 30% de enfermos se cronifican.
Los TCA son mucho más prevalentes en el sexo femenino. Tanto la Anorexia (AN) como la Bulímia (BN) típicamente tienen su apogeo durante final de la adolescencia y son altamente prevalentes en este grupo de edad.
Los TCA son una enfermedad multicausal, y son varios los factores que parecen incidir en su desarrollo. Diversos autores y estudios han investigado sobre los factores de riesgo, sin embargo todavía son muchos los interrogantes que se plantean en relación al papel que juegan en la génesis de estos trastornos y qué peso relativo tiene cada uno de ellos en el desarrollo de la enfermedad.
Entre los distintos factores de riesgo que se han investigado, podemos establecer las siguientes categorías: factores de riesgo biológicos, factores de riesgo personales, factores de riesgo familiares y factores de riesgo socioculturales.
Desde la perspectiva de los factores personales, la autoimagen, baja autoestima, la insatisfacción por el propio cuerpo y la práctica de dietas restrictivas, suelen ser antecedentes constantes. También generalmente existe labilidad emocional. Antecedentes individuales de obesidad son frecuentes.
El culto al cuerpo, a la juventud y a la delgadez, son valores en alza. El cuerpo hoy en día para muchas personas supone la propia identidad y define el grado de autoaceptación.  El cuerpo ha adquirido gran importancia social en el mundo entero, por tanto la estética corporal ocupa un lugar preponderante en la vida de muchas personas.
Presentando continuamente a mujeres extremadamente delgadas como imágenes idealizadas, los medios promueven un patrón de belleza universal y uniforme, imposible de conseguir para la mayoría de mujeres, y que además se aleja de las formas del cuerpo femenino. Esto genera un elevado grado de insatisfacción con la propia imagen  corporal. La búsqueda de ese cuerpo parece ser un objetivo a conseguir para obtener una respuesta social más positiva, es decir, mayor éxito social y en muchas ocasiones sensación de control sobre la propia vida. Los medios de comunicación transmiten, además, la idea de que ese cuerpo es posible  lograrlo mediante el consumo. Por tanto, el cuerpo femenino y en los últimos tiempos, también el masculino, pasa a considerarse un verdadero valor de mercado. Esta búsqueda del ideal de belleza “nunca conseguido”, genera en la mujer elevada inseguridad y un alto grado de insatisfacción con la propia imagen corporal. Algunos estudios constatan que el 97% de las jóvenes consideran que cambiar algún aspecto de sí mismas las haría sentirse mejor. Existe, a su vez, una relación directa entre la apariencia y la autoestima. Así mismo, cuanto antes se inicia la preocupación por la apariencia física, menor es la satisfacción y la autoestima en edades adultas. Estos aspectos se han considerado a lo largo de múltiples investigaciones como factores de riesgo para el desarrollo de un TCA.
Ver el video-testimonio de la autora en: Los trastornos alimentarios reflejo de los valores culturales (anorexia y otros)
Puede consultarse este otro escrito: La anorexia es una enfermedad de origen cultural
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