Yo doy la vida por mi hijo: Chiara Corbella, Bárbara Castro y Simone Calixto
Publicado el 13/07/2012 ~ 3 comentarios“La vida y la muerte dependen siempre de alguien mucho más grande”. Esta es la frase que emplea una periodista de la TV2000 en un reportaje sobre Chiara Corbella.
A sus 28 años de edad Chiara tenía un feliz matrimonio con Enrico Petrillo. Juntos superaron el dolor de ver morir a dos hijos poco después del parto debido a graves malformaciones y compartieron su testimonio en diferentes eventos pro-vida. Para ellos los minutos que vivieron con sus hijos David y María fueron los más felices de su existencia.
En el 2010, Chiara resultó embarazada por tercer vez y según los médicos el niño estaba completamente sano. Sin embargo, a ella le diagnosticaron un agresivo cáncer de lengua y le propusieron someterse a un tratamiento que pondría en riesgo a su hijo. Chiara decidió proteger al bebé y pospuso el tratamiento hasta el nacimiento de Francisco, el 30 de mayo de 2011.
El cáncer avanzó con fuerza, perdió la vista en un ojo y los médicos la desahuciaron en abril pasado. Chiara falleció el 13 de junio acompañada por sus seres más queridos y convencida de que partía al encuentro de sus hijos mayores (Aciprensa).
Puede verse el video-testimonio de Chiara después del nacimiento de María, su segunda hija (activar subtítulos en CC)
“Vivir con mi mujer, con Clara, sea como novios, sea como esposos, ha sido precioso. Hemos tenido una vida verdaderamente plena. No sé bien cómo definirla. Incluso a través de la vida de nuestros hijos hemos descubierto que la vida, treinta minutos o cien años, no es muy diferente. Y siempre ha sido maravilloso descubrir este amor más grande cada vez que afrontábamos un problema, un drama (leer entero).“
El testimonio impactante de Chiara inspiró al realizador argentino, Francisco Alday quien escribió el guión y dirigió una película de treinta minutos, llamada Pequeños Pasos. El guión es una adaptación que recopila en media hora algunos momentos y frases de la historia real del joven matrimonio.
Otra vida corre casi paralela a la de Chiara Corbella es la de Bárbara Castro. Las dos son madres, a las dos les descubrieron un tumor maligno en la lengua durante su embarazo y las dos eligieron proteger a su hijo aunque ello supusiera retrasar el tratamiento que podía vencer a su enfermedad. Chiara -28 años- fue enterrada el 23 de julio. El funeral de la española Bárbara Castro García -31 años- se celebró el 7 de julio pasado en Córdoba.
Cuenta Ignacio Cabezas -su marido- que Bárbara y él intuían ya que su historia, su sufrimiento, serviría para dar testimonio. Ahora Ignacio recuerda aquellos duros momentos en una carta dirigida a su esposa: “Presentía que íbamos a sufrir mucho, que sería muy duro y probablemente muy largo, pero también te garantizaba que, por muy duro que fuese, más tarde yo me iba a encargar de que fueras la persona más feliz del mundo, que todo esfuerzo merecería la pena, que disfrutaríamos de nuestra hija y que nos teníamos que preparar para un tiempo indefinido y horrible. ¡Ganaremos vida mía, ganaremos! Hoy nos queda lo más difícil: buscarle sentido a todo esto que nos ha pasado”. (La Gaceta).
candela dijo el 14.07.2012 a las 8:09 am
Gracias por publicar estos testimonios. Dan muestra de la fuerza que la maternidad proporciona a las mujeres.
Estamos en unos tiempos difíciles en los que se está promoviendo mediante el aborto el mayor genocidio de la historia de la humanidad.
Lo propio de la naturaleza femenina es proteger al débil y cuidar de cada persona de su entorno en sus necesidades materiales y afectivas.
Renegar del propio hijo, dañarlo, ignorarlo son muestras de una gravísima negación del ser íntimo de mujer.
Estos ejemplos de mujeres jóvenes y valientes que arriesgan la vida por sus hijos hay que difundirlos para que vuelva la cordura a la sociedad
clara dijo el 16.07.2012 a las 12:55 pm
“Para nuestra especie, disociar al niño del amor constituye un error de metodo;
-la contracepción, que es hacer el amor sin hacer el niño;
-la fecundación extracorpórea, que es hacer el niño sin hacer el amor; el aborto, que es des-hacer al niño; y – la pornografía, que es deshacer el amor, son, en grados distintos, incompatibles con la moral natural” Jerome Lejeune