Los animales que han nacido en cautividad dicen que mueren cuando se les libera. Quizás hay demasiadas personas que aman la lúgubre celda donde se asfixia su inteligencia, y quizás sabiendo mucho o todo de la vida, no saben casi nada de sí mismos. No están acostumbrados a pensar, y su corazón en muchas ocasiones se queda en blanco.

Estos retazos de “VIVIR PARA SIEMPRE” –cuya visión completa recomiendo- y “Carta a Paloma”, pueden ayudar a un despertar suave de esos malos sueños. Quizás ayuden a salir de los bosques, pequeños o grandes, de mentira, de los códigos internos de la eficacia, del éxito y del aplauso; y, por tanto, preferir elegir la Verdad de la vida.

Querida Paloma,

Cuántas veces has preguntado por el rodaje. Cuántas veces has querido que Javier te contara los buenos y los malos momentos que nos hace pasar esta profesión. Cuántas veces estabas más preocupada por los dolores de cabeza de Javier que por tu propio cáncer… gracias por habernos querido tanto sin conocernos. Javier me ha hablado mucho de ti, y esperaba poder llegar a conocerte y darte un beso en persona… el beso te lo envío con todas mis fuerzas desde el Milenium Bridge de Newcastle; espero que te alcance en tu camino hacia el cielo. Además me gustaría contarte de primera mano como fue el rodaje del último día que pasaste entre nosotros.

Fue un día mágico. Dos de diciembre. El sol de invierno nos permitió rodar planos maravillosos. Estábamos en la casa de Sam, con toda su familia; Ben Chaplin, Emilia Fox, Phyllida Law, Eloise Barnes… y Félix por supuesto. Rodamos varias escenas importantes, algunas divertidas y otras entrañables… pero sobre todas destacó una. La escena en la que Sam está muy enfermo, ya casi no le quedan fuerzas ni para abrir los ojos. A su lado están sus padres, que le cuidan y le miran con la comprensión de quien ha entendido que el final está llegando. Aún así es duro y difícil, es doloroso… y sin embargo ya no es dramático. Porque están despidiendo a alguien que ha vivido con las misma intensidad hasta el último segundo. Rodar una escena así es complicado, porque detrás de la cámara siempre estamos alrededor de 30 personas, y lo que requiere este tipo de situaciones es de intimidad. Antes de comenzar con el primer plano me di cuenta de lo difícil que iba a resultar llegar al nivel de concentración que necesitaban los actores. Se lo comenté a mi director de fotografía, Miguel P. Gilaberte, que me sugirió que mandara a todo el mundo fuera y me quedara sólo con los actores para ensayar. Así lo hice. En un instante nos quedamos solos los actores y yo. Les hablé de cómo entendía yo la muerte y cómo creía que debían enfrentarse a ella. Ensayamos un poco y en seguida nos dimos cuenta de que todo funcionaba mejor en la intimidad. Decidí que así debíamos rodar. Abrí la puerta de la habitación y sólo dejé entrar al sonidista y al operador de cámara. Yo hice la claqueta. Todos los demás esperaron respetuosamente en el pasillo. Tardamos casi dos horas, porque hicimos varios planos y varias tomas. Abajo tenían un pequeño monitor desde donde podían ver lo que estábamos rodando. Todos los actores estuvieron maravillosos, pero si tengo que elegir un momento de sus interpretaciones, me quedo con la última mirada de Emilia Fox a Robbie Kay. La última mirada de Amanda a su hijo Sam…

Cuando volví a abrir la puerta y baje al piso de abajo a comprobar alguna toma en el monitor, vi como más de un miembro del equipo se secaba las lágrimas medio a escondidas… fue un día especial, seguramente el mejor que hemos tenido en todo el rodaje.

Queridísima Paloma. Este equipo te debe muchísimo. Esta película te va a deber mucho más, y a mí me gustaría, como un pequeño homenaje, nombrarte madrina de Ways to life forever y dedicarte la película una vez esté terminada.

Gracias por todo, suerte en tu viaje. Gustavo (Carta publicada en “Ways to live forever”)

.