La fuerza de una amapola y una madre de 7 hijos, y el respeto de las pautas naturales

Publicado el 05/08/2010 ~ 1 comentario
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Un amigo me lo ha dicho hoy. Una formula infalible contra ese ardor de corazón que me provocan algunos abusos e injusticias: ahogar el mal en abundacia de bien. Ahogar la vulgaridad en poesía y belleza. Lo intento con la simplicidad de la amapola (así lo escribe Angeles Montuenga en su blog).
Hay verdades que se descubren porque somos personas, no porque se razonen mucho. Hay frases que son verdades sencillas, que no pueden explicarse más: quedan ahí, suspendidas; y quizás son las únicas que ayudan a crecer. Por ejemplo estas:
-Transmitimos lo que llevamos en el corazón: es lo que se nos desborda.
-Hemos de considerar que la transmisión verdaderamente humana de una convicción exige una cierta plenitud, un poseer esa convicción de un modo sustancialmente pleno.
-Sólo lo que poseemos con suficiente fuerza, solo lo que nos hace suficiente ilusión tiene capacidad para desbordarse.
Necesitamos “modelos” de verdad, de carne y hueso. Como Oreto: una madre de 7 hijos, aunque dos de ellos murieron nada más nacer. Eran siamesas. Aunque los médicos le dijeron que lo mejor era abortar, su marido y ella decidideron seguir adelante. Han pasado ya unos años, pero ella dice que su decision volvería a ser la misma.

Quizás se puede también explicar con palabras más académicas, como estas de Nuria Chinchilla, especialista en la conciliación de trabajo y familia, gestión del tiempo, conflictos interpersonales y comités directivos. La profesora Chinchilla dirige el Centro Internacional Trabajo y Familia de la Escuela de Negocios de la Universidad de Navarra.



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  1. Lo de los ejemplos de carne y hueso hacen falta. Gracias. Me copio las frases, tengo que bucear en ellas. Abrazos.

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