A la edad de 14 años, Zach Sobiech, supo que tenía un raro tipo de cáncer terminal. El año 2012 supo que moriría y volcó su atención a la música, escribiendo y tocando canciones como una manera de decir adiós. En un primer momento tocó a sus amigos y familiares, y luego al mundo cuando millones de personas se vieron afectados por las letras sinceras y una positividad irresistible en medio de la adversidad (cfr. upsocl.com)
Millones de personas pudieron disfrutar de su música antes que nos dejara el 20 de mayo de 2013. Esta es sin duda una preciosa historia y que nos muestra el poder de la música.
Después de su muerte 5.000 personas se unieron para crear un coro gigante en el medio de un centro comercial. Luego cantaron su canción, con la que debutó hacía un año (ver traducción de la canción). La pareja en el centro son sus maravillosos y valientes padres.
Subir y subir, es todo lo contrario a la mediocridad y al conformismo. Parece que el alma quiere subir y subir, pero en realidad este chico es instrumento que nos hace desear a todos las respuestas que solo por la Fe se poseen. Pero creo que no podemos quedarnos en el mero sentimiento, sino hacer crecer las convicciones y actuar conforme a ellas.
canalero dijo el 29.03.2014 a las 9:05 am
Subir y subir, es todo lo contrario a la mediocridad y al conformismo. Parece que el alma quiere subir y subir, pero en realidad este chico es instrumento que nos hace desear a todos las respuestas que solo por la Fe se poseen. Pero creo que no podemos quedarnos en el mero sentimiento, sino hacer crecer las convicciones y actuar conforme a ellas.