¿Tolerancia y límites?

Publicado el 25/08/2010 ~ 0 comentarios
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Michael Novak decía, entre bromas y veras, que en su país –Estados Unidos– hay dos frases que son sin duda las más repetidas por todos los ciudadanos. La primera es: “yo hago lo que me da la gana”; y la segunda…: “esto debería estar prohibido”.
Ese equilibrio entre la libertad personal y la salvaguardia del bien común, es algo bastante difícil y complejo. Conviene analizarlo con calma, sin trivializaciones, porque la tolerancia ha de tener su justa medida. Todos los hombres aspiramos a la libertad, pero, al mismo tiempo, reclamamos protección frente al empleo que otros hagan de la suya. Vemos necesario que haya unos límites, porque las libertades interaccionan entre sí.

El escepticismo ha producido sin embargo por su lado consecuencias ominosas, pues los seres humanos no pueden a la larga permanecer en el vacío interior y en la inconsistencia que trae consigo la pérdida de auténtica verdad, y de este modo se ha producido un vacío en el que ha entrado la violencia. Allí donde antaño reinara la excelencia de la verdad se ha hecho presente en la práctica el Estado. Allí donde imperaba la fuerza de sentido de la evidencia se ha comenzado a ejercer la violencia. La obediencia espiritual a la exigencia de verdad ha sido reemplazada por la física sumisión a las autoridades y a la policía; la convicción debida a la palabra, por la arenga militar (Romano Guardini. Ética. Lecciones en la Universidad de Múnich. BAC. Madrid 1999)

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